Al llegar a la calle Ramón Llull en Castalla te recibe con su ritmo tranquilo y la comodidad de tener todo a mano. Abres la puerta, aparcas en tu propio garaje amplio y silencioso, y el día cambia de marcha. Al fondo, una sala con chimenea te invita a quedarte. Es ese refugio polivalente donde se celebran cumpleaños de invierno, con una pequeña cocina de servicio que resuelve meriendas y cenas improvisadas y un aseo que lo hace todo más fácil. Das un paso más y el exterior cobra protagonismo: una terraza amplia con toldo, la mesa preparada, el aroma de los frutales y un jardín con césped donde los niños inventan mundos y los mayores encuentran paz. Aquí la vida sucede sin prisas.

Subes a la primera planta y la luz te sigue. El salón-comedor orientado al sur se abre a un balcón corrido con toldo, perfecto para leer, tomar el café o dejar que la brisa entre en verano. El confort está garantizado: radiadores de gas natural que abrazan cada estancia y un split de aire acondicionado que templa las tardes más calurosas. Frente al salón, la cocina reformada en blanco se ha pensado para el día a día. Encimeras de acabado marmoleado, cajones automáticos, muebles iluminados, placa de inducción, campana decorativa y horno. Hay espacio para comer a diario sin renunciar a la conversación y, a un paso, un lavadero acristalado que mantiene el orden. En esta planta, un segundo aseo añade comodidad a la rutina.

La noche se reserva la segunda planta. La suite es tranquila y despejada. Dos dormitorios juveniles con armarios empotrados ordenan el curso de cada día. Un despacho independiente te regala un espacio real para teletrabajar sin renunciar a la casa. El baño común, actualizado, luce un plato de ducha generoso y mueble a medida que habla de calidad y cuidado. Todo se siente sólido: suelos de gres que resisten la vida, puertas lacadas en blanco, carpintería exterior de aluminio corredera. La vivienda, construida en 1997 y con cocina y baños renovados, mantiene ese equilibrio entre carácter y actualidad que cuesta encontrar.

Un barrio residencial con ese lujo invisible que lo cambia todo: aparcas fácil, el supermercado está a dos esquinas, la parada de autobús y el mercadillo dan vida a la zona, el polideportivo, el colegio, los parques y el centro de salud quedan a distancia de paseo. Es la Castalla práctica, la que te deja vivir más y correr menos.

Una barbacoa encendida, el toldo desplegado, la conversación que se alarga y los pequeños que aún juegan sobre el césped. En una casa así, los planes no se buscan: ocurren.

Calefacción por radiadores de gas natural en toda la vivienda, dos splits de aire acondicionado —planta baja y salón-comedor—, chimenea para el invierno, balcón al sur para el resto del año. 118,85 m² construidos y alrededor de 90 m² útiles, más 75,32 m² de patio-jardín para respirar. Garaje de 35,19 m² construidos con trastero de 16,74 m² que pone orden a las temporadas. Certificado energético en trámite.

Si quieres una casa donde la luz y el exterior marquen el ritmo, a un paso de todo y lista para entrar a vivir, ven a conocerla. Llama, agenda la visita y comprueba cómo se siente comenzar aquí tu próxima historia.

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En el precio de venta al público de esta propiedad NO se incluyen los gastos de adquisición El comprador deberá pagar en las compras de viviendas de segunda mano el impuesto de transmisiones patrimoniales que le corresponda según su situación fiscal. También deberá pagar el arancel notarial y el registral.